21 de noviembre de 2011

Encuentro en Hermandad: eh!13 Los Molinos

Artículo redactado por Jorge Rodríguez y Ainhoa Losada; con la colaboración de todos los integrantes de la expedición vallisoletana.

Este fin de semana, con el motivo de profundizar sobre el lema que nos va a acompañar este año, "Donde está mi hermano...", nos hemos reunido con otros jóvenes de las parroquias y colegios de otras ciudades en Los Molinos, en la provincia de Madrid.
El viernes, tras unas horas de viaje para llegar a nuestro destino, hicimos un juego con la finalidad de pasar un rato divertido "conociendo" las ciudades de las que proveníamos cada uno, en el cuál mezclábamos una ciudad con algún objeto que no tuviese en principio nada que ver y con algún personaje, y salían combinaciones tan extrañas como por ejemplo, la situación de un turista en Salamanca que se ponía unas gafas y veía a Winnie the Pooh en la fachada de la catedral diciendo:
- ¿Queréis un poco de leche con miel?
Curioso, ¿no? Pues ello nos sirvió para pasar un buen rato de risas y diversión.


Al día siguiente, tras una larga y ajetreada noche, después de una duchita muuuy fría (para los más rezagados, ya que se habían quedado sin agua caliente) y de desayunar, realizamos una larga actividad trabajamos para conocernos mejor a nosotros mismos. La primera parte de dicha actividad, consistía en identificarnos a nosotros mismos con diversos objetos de la realidad , en la segunda parte se nos proponía reflexionar sobre qué pensarían algunos de nuestros objetos personales sobre nosotros en el caso de que hablasen, desde nuestro cepillo de dientes, hasta nuestro banco de la parroquia. En la tercera parte, tuvimos que rellenar unas frases referidas a nuestro ser, nuestros gustos y nuestra situación actual, como por ejemplo que a qué tenemos miedo, qué lamentamos…

En la última parte se nos propuso completar un escudo de armas que nos representara, bueno, más bien, que indicara lo que aportamos en el colegio, en la familia, en la parroquia y a los amigos, terminando dicha actividad proponiéndonos la creacion de un lema personal, que reflejara nuestra futura actitud ante la vida después de descubrir valores nuevos sobre nosotros mísmos, podemos decir entre muchos otros por ejemplo "Sólo sonríe" o "La confianza es el fruto de la amistad".

Por la tarde, después de comer y disfrutar de un largo rato de tiempo libre, nuestros monitores de Valladolid, nos prepararon unos videos en los que salían los numerosos catequistas de nuestra parroquia, hablando sobre lo que se puede aportar a los demás en diferentes ámbitos de la vida, en la familia y en el estudio de manera obligatoria, en la Hermandad y el grupo de manera troncal, mediante el voluntariado de forma optativa y desde las aficiones, entre la cuales habia que elegir dos libremente. En los videos nos hablaban las personas que participaban en dichos ámbitos de por qué lo hacen, qué sienten al hacerlo, y qué les aporta, para poco después analizar nosotros mismos cómo podemos formar parte y comprometernos con estos grupos.
Nada más terminar, entregamos de manera simbólica unos materiales para comenzar este "Máster en Fraternidad", el cuál así se llamaba, y a cambio recibimos unos sobres de parte de nuestros monitores que abrimos al día siguiente.

Por la noche, los chicos (XY) y las chicas (XX) nos enfrentamos en un gran juego con el objetivo de devolver el sentido a un extraño personaje. Los juegos y las risas venían una detrás de otra con los gritos de ánimo de fondo.
Peleamos por la victoria en diferentes pruebas:
- Furor
- Trivial, con ayuda de Galindo para las dos partes.
- Pintar las narices de todo el grupo sin manos.
- Colocar al mayor nº de personas del grupo en el menor tiempo posible, y con el menor nº de apoyos en el suelo.
- Mímica
- etc...
El juego estuvo bastante ajustado durante la mayor parte del tiempo, sin embargo los chicos ganaron por una ajustada mayoría a las chicas, consiguiendo como premio un bote de gominolas, el cual estaba a la mitad... Mejor no digamos la causa de esto...





El domingo por la mañana aprovechamos un ratito que teníamos para pensar en todas las cosas de las que habíamos hablado y descubierto el sábado, y escribirlas en una carta dirigida a nosotros mismos. Esa misma carta, nos la tenía que leer en alto una de las personas de la convivencia para que pudiéramos escuchar por otra persona lo que habíamos escrito.

Después de leernos las cartas empezamos la celebración de la eucaristía. Durante la paz, nos pidieron que abriéramos unos sobres que nos habían dado el día anterior al entregar nuestros masters de fraternidad. Dentro de ellas había una pulsera de cuerda azul y naranja que tuvimos que poner a la persona que tuviéramos a la derecha en señal de unión. También, tuvimos que entregar la carta que habíamos escrito a la persona nos la había leído en un sobre cerrado, para que se encargara durante los próximos 8 meses de hacernos recordar todo lo que habíamos escrito de nosotros.
Al terminar la misa, llego el turno de hacernos pasar por delante de la cámara para hacernos una foto con la imagen de las convivencias.

Después de comer llegó el momento de crear "un mar de lágrimas" en la casa de Los Molinos, pues Zaragoza, Majadahonda y Salamanca se marchaban casi nada más comer, con lo cual nos quedábamos solos en la casa, los de Valladolid y los tres aventureros de Valencia.

Poco después los de Valencia nos dejaron solos en la casa, para que al rato también nosotros abandonáramos Los Molinos con la idea de haber pasado un gran fin de semana en compañía de los demás chicos de la Hermandad.

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