20 de noviembre de 2009

Domingo 34 del T. O.: El Rey de la Verdad

Jn 18, 33b– 37

En aquel tiempo, preguntó Pilatos a Jesús:
-- ¿Eres tú el rey de los judíos?
Jesús le contestó:
-- ¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?
Pilatos replicó:
-- ¿Acaso yo soy judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí ¿Qué has hecho?
Jesús le contestó:
-- Mi reino no es de este mundo. Si me reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
Pilatos le dijo:
-- Con que, ¿tú eres rey?
Jesús le contestó:
-- Tú lo dices: Soy Rey. Yo para esto he nacido y por eso he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.
Por José María Maruri, SJ

1.- En una fiesta como la de hoy, a veces se oye con voz vergonzante, que responde a la mentalidad de otra época. Vamos, como si en nuestra flamante democracia al Señor no se le debería llamar Rey, porque suena a banderas desplegadas, a vencedores y vencidos y a tropel de ejércitos.
Pero de me da la impresión que ese Jesús que, al lavar los pies a sus discípulos les dice: “Vosotros me llamáis Señor y Maestro, y decís bien porque lo soy”. O contesta a Pilato: “así es, yo soy Rey” y no va a abdicar de su trono fácilmente.
2.- Es Rey, ciertamente, ¿pero en qué Palacio de Oriente le encontraremos? Desde luego que los Magos fueron al Palacio de Herodes a buscarlo, y claro lo encontraron en Belén, en un viejo establo. Y los galileos lo buscaban, y lo encontraron en la casa de un pescador. O dormido bajo unos olivos, porque los pájaros tienen nidos y las zorras madrigueras, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza. O agotado de cansancio, en la popa de un pesquero. Ni cetro, ni armiño, ni corona sino es de espinas
Es notable que donde el Señor se declara abiertamente Rey es maniatado ante Pilato, donde ya no había peligro de confundir su Reinado con uno de poder, armas y coerción. Por eso sus súbditos de verdad lo primero que han dejado, si tenían, han sido riquezas y títulos, como San Francisco de Borja, que abandona cuanto posee y de Duque de Gandía y Virrey de Cataluña, pasa a ser un simple jesuita.
Otros lo han reconocido perseguido y maniatado, cuando ellos mismos se han visto abocados a la muerte, como el Padre Pro, el primero que muere en México, gritando “Viva Cristo Rey”, porque ese es su Rey, el de la Pasión y la Cruz. Ellos sabían que no es súbdito de Cristo Rey el que empuña la espada, como Pedro, sino el que toma en sus manos la cruz.
--¿Qué has hecho?, es la pregunta de Pilato a Cristo Rey.
--Sí ¿qué ha hecho? Lo que ningún hombre debe hacer… Decir la verdad.
**Jesús dijo la verdad sobre una religión reducida al mero cumplimiento, sin raíces en el corazón.
**Dijo la verdad sobre los fariseos, sobre el templo, sobre los ricos y sobre los pobres. Y eso no gustó a nadie, sólo a los que ansiaban la verdad. Y esos son siempre pocos y débiles.
**Tampoco hoy gusta la verdad, la mentira es parte del sistema.
**Para vender una idea, o un coche, o un súper-depósito, no se puede ir con la verdad por delante. Ya la primera vendedora de manzanas, la serpiente, no ofreció manzanas, sino poder: “Seréis como dioses”. Y Evan picó y se llevo una manzana agusanada. Y desde entonces se ofrece una cosa y se vende otra.
En rebajas se rebaja lo subido previamente, en los súper-depósitos hay que leer la letra pequeña…En política, las promesas electorales se olvidan antes de acabar el recuento de votos.
**“Qué es la verdad” deberíamos gritar todos, no escurriendo el bulto como Pilato, sino haciendo una movida en las calles exigiendo la verdad, nos manifestamos contra el terrorismo, ¿pero hay mayor terrorismo que el bombardeo que sufrimos a diario ocultándonos la verdad?
3.- Cristo Rey no hizo más que eso, manifestarse en favor de la verdad, porque la mentira como el odio son los opuestos de Dios. Por eso el Señor ni quiere, ni puede ser Rey de esta sociedad fundada en la mentira. Su Reino no es de este mundo, de esta sociedad. Su Reino no es de este mundo, de esta sociedad. Su Reino es de los que aman la verdad, y esos, como Jesús, son crucificados.
--Cinco jesuitas dijeron en el Salvador que la nación no puede estar en manos de una doce de familias y, naturalmente, son asesinados. En estos días conmemoramos el 20 aniversario de su muerte.
--El Papa, o los Obispos, nos descubren, la podredumbre de nuestra sociedad y los poderosos de revuelven
La verdad fue tabú en tiempo de Cristo Rey y lo sigue siendo en nuestro tiempo. Por eso el que se considere seguidor del Rey de la Verdad, que se prepare a ser tratado como su Rey, porque no es mayor el siervo que su Señor.

1 comentario:

Juan dijo...

Sin coronas
ni premios, ni joyas,
lejos de los que te alagan.
Mi rey es la vida encarnada.
Sin mantos, sin alfombras,
pisando el suelo, nacido entre pajas.
Te viniste entre los hombres
para probar el invierno.
Que venga tu Reino
en nosotros, en nuestras manos,
que se haga realidad
en el trabajo, en el abrazo
en la mirada.
Que no construyamos palacios
que mi rey es rey en casa,
en el pobre, en el niño y el anciano.
Jesús es rey:
un corazón que ama.