‘Talitha qumi’ son palabras como mágicas, algo al estilo de las frases de Harry Potter. Este pensamiento era el que tenía hace no tantos años cada vez que escuchaba el relato de la resurrección de la hija de Jairo, el jefe de la sinagoga… No nos dice mucho de la relación que el Maestro tenía con él, ni si su fe era grande o pequeña. Pero se encontró con Jesús y le pidió, al menos lleno de esperanza, que se acercara a curar a su hija. Antes de eso, la fe, y sólo la fe, de la mujer que sufría hemorragias la cura al rozar al de Nazaret.
Y Jesús va, y pasa de bullicios y de plañideras y de aquellos que ya lo dan todo por hecho (‘no molestes al maestro, tu hija ha muerto’) y con una bondad emocionante y emocionado dice ‘tu hija duerme y voy a despertarla’. ‘Talitha qumi’. Nos lo traducen como “contigo hablo, niña, levántate”.
Pues un nuevo encuentro con Jesús que a mí me habla de alegrías, de vida, de saber caminar y poder hacerlo con paso firme. Jesús pasa de autocomplacencias y de rendiciones: no os conforméis, que en vuestro corazón existe algo mejor que Dios os da. No os conforméis, que los que estaban muertos vivirán, y yo he venido a que tengáis vida abundante. No os conforméis con lo que hay, tened fe, tocadme el manto, abrazadme y vedme actuar.
Y llama por el nombre, de uno en uno. Solo a ti, y al otro, y al otro: “Contigo hablo, levántate”.
Pues de eso se trata, de vivir y hacer vivir a los otros, de levantarse y volver a nacer a una vida mejor. Ver con otros ojos, los de la fe; ayudar con otras manos, las de Dios; y amar con otro corazón, el corazón de Jesús. Habrá muchos que nos digan que no nos molestemos y que no molestemos. Pues cuando eso sea lo que tengamos enfrente, intentemos agarrar el manto, levantémonos, despertemos a esa vida y llevemos a los demás con nosotros…
Talitha qumi.
Juan R. Gil - www.plazadesanpablo.tk
Y Jesús va, y pasa de bullicios y de plañideras y de aquellos que ya lo dan todo por hecho (‘no molestes al maestro, tu hija ha muerto’) y con una bondad emocionante y emocionado dice ‘tu hija duerme y voy a despertarla’. ‘Talitha qumi’. Nos lo traducen como “contigo hablo, niña, levántate”.
Pues un nuevo encuentro con Jesús que a mí me habla de alegrías, de vida, de saber caminar y poder hacerlo con paso firme. Jesús pasa de autocomplacencias y de rendiciones: no os conforméis, que en vuestro corazón existe algo mejor que Dios os da. No os conforméis, que los que estaban muertos vivirán, y yo he venido a que tengáis vida abundante. No os conforméis con lo que hay, tened fe, tocadme el manto, abrazadme y vedme actuar.
Y llama por el nombre, de uno en uno. Solo a ti, y al otro, y al otro: “Contigo hablo, levántate”.
Pues de eso se trata, de vivir y hacer vivir a los otros, de levantarse y volver a nacer a una vida mejor. Ver con otros ojos, los de la fe; ayudar con otras manos, las de Dios; y amar con otro corazón, el corazón de Jesús. Habrá muchos que nos digan que no nos molestemos y que no molestemos. Pues cuando eso sea lo que tengamos enfrente, intentemos agarrar el manto, levantémonos, despertemos a esa vida y llevemos a los demás con nosotros…
Talitha qumi.
Juan R. Gil - www.plazadesanpablo.tk
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