Todo el mundo se preguntaba por qué se llamarían así.
Un día, el rey, sorprendido también por aquellos nombres tan curiosos, los llamó a su palacio para interrogarles.
“El más listo es uno” llegó primero al palacio, y el rey le preguntó: ¿Por qué te llamas así?
-Yo me llamo “El más listo es uno”, porque soy tan listo que no tengo que preguntar nada a nadie ni aprender nada más.
“El más listo es dos” llegó después al palacio del rey, y este le preguntó: ¿Por qué te llamas así? El le contestó:
-Yo me llamo “El más listo es dos” porque siempre creo que debo consultar a los demás y aprender de ellos.
El rey, no sabiendo quién tenía razón, decidió hacer un concurso para saberlo, y les dio una calabaza a cada uno, que tendrían que devolver cuando pasaran tres años. En cada calabaza mandó meter dos palomas sin que ellos lo supieran.
Cuando “El más listo es uno” llegó a su casa, colgó la calabaza en el techo de su choza y esperó que pasaran los tres años.
“El más listo es dos” llegó a su casa, y no sabiendo qué hacer con ella, le preguntó a su vecino. Los dos miraron y remiraron la calabaza. Descubrieron que tenía una ranura. La abrieron y encontraron dos palomas dentro. Las sacaron y las metieron en una jaula. Les dieron de comer y de beber y les hicieron un nido. Las palomas tuvieron muchos hijos y hubo que hacer muchas jaulas y muchos nidos para todas.
Cuando pasaron los tres años “El más listo es uno” cogió su calabaza y se la llevó al rey. Este dijo que la abriera y descubrió que dentro estaban las dos palomas muertas.
“El más listo es dos” necesitó muchos amigos para que le ayudaran a llevar las jaulas.
Así quedó demostrado que es más listo el que pide ayuda a sus amigos y aprende de los demás. El rey, como ya era muy viejo y estaba cansado, decidió dejar de ser rey y en su puesto nombró a “El más listo es dos”. “El más listo es dos” reinó en Benín muchos años y fue un buen rey porque siempre consultaba a los demás antes de tomar una decisión.
Esta historia es una adaptación del cuento “La inteligencia”
del libro “El árbol y la liana” de Rafael Marco, S.M.A.
Es un cuento de la cultura Fon, del sur de Benín
Voy con las riendas tensas…
voy con las riendas tensas
y refrenando el vuelo
porque no es lo importante llegar solo ni
pronto,
sino llegar con todos y a tiempo.
León Felipe.
voy con las riendas tensas
y refrenando el vuelo
porque no es lo importante llegar solo ni
pronto,
sino llegar con todos y a tiempo.
León Felipe.
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